Consciente que la situación es delicada (hemos perdido varios puntos de local que si no recuperamos en el corto plazo concretarán lo que para varios es inminente: no clasificar al Mundial de Qatar 2022) Ricardo Gareca ha sido pragmático. El entrenador de la selección peruana de fútbol ha renunciado a su costumbre de no hacer convocatorias amplias y, esta vez, ha llamado treinta jugadores para los partidos con Chile, en Lima, Bolivia, en la temida altura de La Paz, y Argentina, en Buenos Aires, y aceptado lo que la crítica y afición reclamaban: los retornos de Carlos Zambrano y Pedro Aquino. El primero pues tenemos crisis de zagueros y el segundo dado que Tapia (y siete más) están a una amarilla de ser suspendidos.

Luego, la imposibilidad de contar con André Carrillo (lesionado de la columna) en los dos primeros cotejos ha derivado en la convocatoria de Jordy Reyna, que está haciendo goles en la MLS, y Jeferson Farfán, quien juega poco pero rinde bastante en el torneo local. “Hemos creído conveniente tenerlos a todos”, ha dicho. En resumen, salvo algún nombre, ha sido una lista que genera consenso. Ojalá, a la hora de jugar, ocurra lo mismo. Y sumemos las mínimas seis unidades que, considero, requerimos de las nueve que disputaremos entre el 7 y 14 de octubre. Quien suscribe propondría lo siguiente para lograrlo: alinear a Lapadula y Guerrero como atacantes.

Por último, un dato relevante: A Rusia 2018 clasificamos (vía repechaje) con 26 puntos. Hoy, a falta de nueve fechas por jugarse, sumamos 8 unidades.

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