Según el afamado portal, Transfermark, el plantel del Carlos Mannucci es el quinto más caro de la Liga 1 esta temporada. Siete millones y medio de euros costaría dentro de una tabla de cotizaciones que lidera Sporting Cristal con más de 11 millones de euros.

Más aún, el equipo trujillano supera en inversión a clubes como Deportivo Municipal, Universidad César Vallejo, Cienciano, Universidad San Martín, Sport Boys o Sport Huancayo. La diferencia es que, a despecho de su costo, aquellos le aventajan considerablemente en suma de puntos conseguidos mientras el once tricolor no ha podido, hasta el momento, lograr siquiera un empate y es el colero absoluto de la competencia jugadas cinco fechas. Ocurre que en el balompié grandes gastos no garantizan grandes resultados. Estos, dentro de una actividad tan compleja, están supeditados a diversidad de variables o posibilidades que lo convierten en un evento muy difícil de pronosticar. Acaso malas decisiones dirigenciales, acaso un entrenador sin debida experiencia o poco tolerante, acaso rivales mejor preparados, acaso condiciones de trabajo inadecuadas, o, de pronto, lo más probable para el caso carlista: un cuadro con demasiados refuerzos de poca trayectoria y muchos otros excluidos (se fueron ¡casi veinte jugadores! y llegaron en la misma proporción). Si a eso le agregan el corto tiempo de preparación para una plantilla renovada casi totalmente e imposibilitada de reforzarse (el libro de pases cierra hoy, 8 de marzo), tener cero unidades en cinco fechas es, hasta cierto punto, comprensible.

Empero, la pelota te da revanchas cada fin de semana, y en la que viene Mannucci será local contra el irregular Carlos Stein. Y si no hay un radical golpe de bisagra, entiéndase salto de calidad o triunfo, plantearse solo salvar la categoría, y hasta contratar un nuevo comando técnico, no sería descabellado.

Hasta la próxima.

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