QATAR Y LAS PROTESTAS
En un Mundial tan cuestionado desde su elección – prostituida votación del 2010 - que hayan perdido Argentina y Alemania en el debut no es, necesariamente, lo que hizo saltar las palomitas de maíz o rompió las apuestas. Sorpresa, y grata, es la serie de gestos colectivos que varias selecciones han asumido a pesar de las amenazas de la banda de Infantino y el propio gobierno qatarí. Bravo por ello. Por los seleccionados iraníes que se negaron a cantar el himno en reclamo a la persecución que soportan las mujeres que se niegan a utilizar el velo en su país. Por el capitán de los alemanes, Manuel Neuer, quien, impedido de utilizar el brazalete LGTBI, lo cambió por otro con mensajes contra la discriminación y, además, convenció a sus compañeros para posar ante las cámaras cubriéndose la boca. Aplausos a Dinamarca y su camiseta en color degradé como rechazo a las más de 60 mil muertes (en su mayoría migrantes trabajando en condiciones inhumanas) generadas por la construcción de estadios en Qatar. Sonrisas, incluso, para las multinacionales Adidas, Coca Cola, MacDonald’s y Budweiser que han firmado una petición que busca el pago de reparaciones a los trabajadores abusados en Qatar previo al certamen.
Obviamente, siempre habrá quienes le seguirán el hilo a la FIFA y condenarán estas manifestaciones so pretexto de que el juego se ensucia, sin reparar en que la exposición universal de este torneo hace adecuado revelar problemáticas acaso injustas y que permitan promover conciencia y adhesiones.
Jorge Valdano, campeón del mundo en México 86, en su libro “Los 11 poderes del Líder” describe el perfil de un futbolista famoso como aquel comprometido con las luchas sociales. Repasémoslo y entendámoslo, todos.
Hasta la próxima.