DE RAZA LE VIENE AL GALGO
La hazaña del nuevo número 1 mundial en Squash, Diego Elías, se forja, directamente, desde su familia
El squash nace en una cárcel, según arroja Wikipedia. Fue a inicios de 1800, en la prisión Fleet, en Londres, cuando los presos usaban paletas para pegarles a la pelota y estamparlas contra las paredes. Luego, la práctica se abrió camino y llegó hasta el colegio Harrow donde se reglamentó y promovió a cientos de escuelas británicas.
Su dinámica es parecida al peruanísimo paleta frontón, incluso: se disputa en un recinto de cuatro paredes entre dos personas (individual) o cuatro (por equipos) en las que se golpea con la raqueta a la pelota ( de goma y 45 milímetros de diámetro) y ésta tiene que rebotar en la pared frontal, pasando entonces el turno del siguiente competidor, en tanto el vencedor será quien gane tres juegos de 11 puntos.
Doscientos años después de aquel origen de mazmorra más de veinte millones lo practican, y a despecho del dominio absoluto que tienen los europeos o africanos, hay un peruano que reina y no es broma. Se llama Diego Elías Chehab, oro en Lima 2019, campeón mundial juvenil el 2014 y multicampeón en todo sitio, y es el primer sudamericano en convertirse en el mejor del mundo.
Así se oficializó el 17 de abril luego que ganara el British Open de Londres - uno de los torneos más importantes de esa disciplina – y desplazara al egipcio Mostafa Asal. A Diego, de 22 años, la hazaña lo encontró maduro y convencido y junto a su manager de siempre: su padre, José Manuel, enorme exjugador de squash (veinte años fue el líder del ranking nacional) y principal impulsor del cariño que su hijo tiene por ese deporte. Tanto así que su único heredero no cumplía ni los quince y, respaldado por su progenitor, decidió estudiar la secundaria por correspondencia para poder viajar y competir profesionalmente. El sacrificio valió, y temprano.
¿Y dicen que de tal palo tal astilla, no?
o.rivasplata@pucp.edu.pe
foto: Peru21