CUANTAS VECES "CUEVITA
Que triste y preocupante lo de Cristhian Cueva. De mucho talento para alegrarnos como vasto achoramiento para insultarnos. Del que, casi como un péndulo, va y viene del compromiso a la desidia o continuamente promete enmendarse pero vuelve a lo mismo. Cuya vida es una serie con capítulos oscilando entre la alegría y el drama mientras el protagonista no muestra la mínima intención de corregir a pesar que miles lo adulan o están pendientes de lo que hace.
Y a esta altura, con tantos clubes que lo han echado y un historial de juergas en youtube que hasta Garganta de Lata envidiaría, está claro que nada de eso le importa un carajo.
Ora, lento, subido de peso, sin la dinámica o inventiva de tiempos no tan lejanos a la hora de jugar, el trujillano tampoco valora el enorme esfuerzo que Alianza Lima hizo por él para repatriarlo desde Arabia, volver a confiar y entregarle un sueldo astronómico. Y si lo sancionan severamente, probable tras su nueva macana, merecido lo tiene.
¿Y que vendría después, entonces? Lo verdaderamente urgente dados sus serios antecedentes: recuperarlo. Ayudarlo. Darle asesoría psicológica o de otro tipo como ocurre con muchos futbolistas de élite, incluso. Sea desde Alianza Lima, la FPF o su familia. Pues su caso, obvio ya es, va más allá de otra indisciplina. Sino, miremos a Gomez, Manco, Deza, Kukin y otros que no son sino reflejo de nuestro sistema futbolero.
Una pena por Juan Reynoso también, que, parecía, estaba dispuesto a perdonarle sus travesuras en tanto no sean tan mediáticas y rinda en la cancha.
Ojalá, por el bien de él, y su familia sobre todo, esta vez sí aprenda la lección.
Hasta la próxima.
o.rivasplata@pucp.edu.pe