Notable por donde se le mire, la participación de la delegación peruana en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023 sobrepaso, incluso, las expectativas de los propias autoridades nacionales del rubro. Fueron 32 medallas (10 preseas de oro, 6 de plata y 16 de bronce) que ni Renzo Manyari, presidente del Comité Olímpico Peruano, se atrevió a proyectar. “Aspiramos a 21 o 25” había declarado durante la presentación del grupo de deportistas (216) que nos defendió en Chile, sustentado en una condición que vale subrayar: a esta edición fuimos con casi la mitad de competidores que en Lima 2019 (nuestra mejor posición histórica con 11 de oro) y con mucho menos presupuesto también.

Sin embargo, lo extraordinario del logro contrasta con las serias limitaciones que nuestros atletas sufren, más allá de algunos intentos gubernamentales (los premios económicos otorgados según presea adjudicada es un buen avance) por mejorar la situación.

Basta recordar a Luz Mary Rojas, oro en los 10 mil metros planos: “me siento abandonada en mi propio país; hay personas que sí apuestan por nosotros, pero de las autoridades no se ve nada sabiendo que somos capaces de traer medallas” O el duro lamento de ´Pachequito’, bicampeón panamericano en Maratón: “hablar de mi federación es una pérdida de tiempo. Es mejor actuar con mi mismo esfuerzo y seguir avanzando”, luego que llegara al aeropuerto de Lima tras su conquista y no ser recibido por absolutamente nadie de la Federación Peruana de Atletismo (FPA).

O, ya la cereza del pastel, el desplante y llanto de Eriberto Gutierrez, medallista de bronce en canotaje, al alcalde de su natal Abancay, Raúl Peña, cuando éste lo homenajeaba.

Por último, entre las muchas reflexiones que uno podría sacar de este nuevo episodio cabe preguntarse que potencia mundial seríamos si tuviéramos políticas deportivas mas eficientes y que deriven en un apoyo serio y sostenido a los atletas calificados.

Ojala, algún día, los grandes tomadores de decisiones lo entiendan. Ojalá.

RIGO

o.rivasplata@pucp.edu.pe

Foto: Portal Cronica viva

N. Mis mayores abrazos y muestras de condolencias a la familia de quien fuera Dante Padilla Zúñiga, mi amigo y exdecano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UPAO, en Trujillo.